Tengo un árbol en el jardín de mis sentimientos,
lleno de ramas,
las que me han dado sombra, amor y consuelo.
Esas ramas, sois vosotras mis amigas.
Os doy las gracias, por vuestra calidad humana,
honda e inmensa, como el mar.
Por la luz de vuestros ojos,
siempre abrazándome y apoyándome,
cuando yo os he necesitado.
Por el amor, el cuidado y la comprensión,
con la que siempre me habéis tratado.
Por haberme hecho olvidar alguna locura,
con la gracia y el tacto de un trapecista,
que por una cuerda ha de caminar.
Por vuestra voz musical que aligera las preocupaciones,
como bálsamo de romero.
Por las amplias sonrisas que iluminan,
como un sol cegador en los días de verano.
Amparo Folgado
Junto con su hija, Mª Amparo Martínez
Alia agradece muchísimo las palabras de Amparo dedicadas a la amistad, a la amistad entre mujeres, a la amistad creada a raíz del círculo de mujeres y yoga en Torrent…
Y seguimos.Parece que le estemos haciendo caso a Marcela Lagarde cuando dice que desde el feminismo se debería convocar a concursos de «Cuentanos la historia», pretendiendo recoger la palabra de quienes han sido las actoras, de quienes vivieron la historia, y no buscar la verdad. Estaríamos evitando el discurso totalitario.
Gracias por compartir tu historia con nosotras.
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